Esta tarde fue tan divina junto a los niños, angelitos que han venido del cielo a bendecir mi vida y la vida de todos en esta bella y colorida familia. Aprendí tantas cosas de esta intensa jornada, como siempre es el caso, en cada momento que me toca vivir con ellos, que quiero también compartirlo aquí, a través de estas fotos y relatos, con todos ustedes.
Fuimos a pasear por el parque/bosque, que queda muy cerca de donde vivimos e hicimos una sesión de fotos que quedó preciosa… estas son mis imágenes favoritas:
No siempre consigo lograr tomar buenas fotos en las que me incluyo, sobre todo en esta ocasión, donde solo disponía de mi iPhone como cámara y de mi propio brazo como trípode, pero quise incluir alguna foto donde salgo yo con mis dos bellas princesas. Si tan solo pudiera capturar en imágenes de alta calidad todos aquellos abundantes momentos de sobredosis de ternura que comparto con ellas....!!!! Ah, cómo me gustaría que mi angelito de la guardia tomase una cámara y capturase cada momento especial que acontece en mi vida y fuese capaz de entregarme las fotos y videos al final de cada día!!!
Los niños son realmente una delicia!!! Esa sencillez y naturalidad son cualidades con las que todos nacemos, propias de nuestro verdadero YO, y es algo que realmente ninguno de nosotros debería en absoluto permitir medrar o aun menos desvanecer por completo con el paso del tiempo o las presiones externas, construcciones sociales, sistemas impuestos, programaciones, miedos, inseguridades.... todas estas cosas absurdas y totalmente innecesarias!
Las dos dulces princesitas del grupo, que son las menores de los cuatro, no me soltaban por nada. Es tan maravilloso poder atesorar una amistad de verdad y una conexión tan pura y de corazón, como esa. Es un lazo que nos une de corazón a corazón. Esto solo sucede con los niños y pocas veces entre adultos, quienes seguramente no han dejado "morir" a su niño interior, a su ser inocente, a su corazón puro.
Aunque debo decir que me tuvieron a "mil revoluciones por minuto", demandando mi constante atención y dedicación, incluyendo a los dos mayorcitos, los otros traviesos del grupo, y sin olvidar mencionar a la perrita "Mia", a quien también adoro. Mía se pone muy exigente y celosa cuando no le presto mi atención exclusiva… pero igual muy comprensiva a la vez, cuando le pido que se comporte... aunque su obediencia solo dure medio minuto. Ay, cuánto me hace reír esta bella criatura!! Siempre tan tierna y especial en la manera de comunicar su amor… con sus dulces aullidos y batidos de cola, el segundo que dejo de acariciarla o mimarla. Robusta como un rinoceronte. Se cree además luchadora libre. Ya me ha puesto fuera de combate un sin fin de veces, estrellada contra el suelo y teniéndola montada encima mío, donde ponerme de pie se me hace tarea imposible, mientras ella aprovecha para comerme a besos babosos.
He aprendido una vez mas, que tanto los animales, como también los niños, son el mejor antidepresivo que existe! Y el mejor modo de mantenerte "en forma"! Estuve, sin darme cuenta, haciendo una rutina completa de aeróbicos y diversos ejercicios... no solo físicos, sino también mentales; un par de horas paseando, corriendo, jugando, columpiando, improvisando historias, canciones y bailes… y por si fuera poco, ademas cargando a las chiquitas en brazos! Así es que mi rutina de entrenamiento físico fue completa, incluyendo levantamiento de pesas!!
Me siento rendida, pero con una sonrisa
pintada en el rostro! Muy feliz!
Si bien es cierto que los hijos o niños te consumen toda la energía y que en verdad no se puede hacer NADA MÁS que atenderlos, porque están constantemente exigiendo tu total entrega, también es mucho lo que se recibe a cambio, y quizás sea aun mayor la energía que ellos terminan aportando a uno. Es decir que al final todo termina en un balance perfecto.
He podido comprobar en carne propia que cuando se toma en serio el rol de "mamá" o "niñera", el trabajo es interminable! Y puedo comprender a aquellas mamás que viven estresadas y hasta coléricas, sobre todo cuando no se sienten apoyadas por la pareja y tienen muchos niños de casi la misma edad... mas aun si todos son unos traviesos incorregibles, como lo éramos yo y mis hermanos de pequeños... sobre todo quien escribe estas lineas... o sea: yo.
Siendo la mayor de todos, por supuesto, la cabecilla de la banda, recuerdo vívidamente como mi mente estaba siempre generando de forma muy creativa y hasta muchas veces maquiavélica la próxima travesura para realizar junto a mis "cuates". Ay, pobre mi mamá!! No me sorprende haberla escuchado un sin fin de veces repitiendo la misma frase, una y otra vez: "USTEDES ME VAN A MATAR DE UN COLERÓN!!!!" ;-) Menos mal tiene un corazón fuerte.
Pero bueno, los niños, por mas traviesos y testarudos que sean, y quizás cabe mejor decir: gracias a que son tan "traviesos y testarudos", o simplemente "almas libres y autónomas", es que pueden llegar a ser nuestros mejores maestros y guías en la vida. Quizás es la única o principal tarea con la que vienen a este mundo, a nuestras vidas: la de recordarnos esa libertad y autonomía que hemos olvidado y archivado bajo sistemas artificiales adquiridos, impuestos sobre nuestra inocencia original. Quizás sean los hijos el mecanismo de nuestra naturaleza para volver a tomar contacto con quienes en verdad somos... recordándonos qué cosas son las verdaderamente esenciales dentro de esta experiencia en un cuerpo humano... esa chispa divina que se hace carne para experimentarse en la diversidad y encontrar la máxima realización de la felicidad, en libertad, a través de la expresión del amor y la ausencia del temor.
Nunca es tarde para tener una bella infancia!